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Óleo sobre tela, 195 x 128 cm
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Comentario: El 26 de noviembre de 1730, Felipe V concedía desde Aranjuez el título de primer marqués de Torre Tagle al hidalgo cántabro José Bernardo de Tagle y Bracho (1684-1740), natural de Cigüenza, en Alfoz de Llorena, y vecino de Lima. Muy joven había pasado a América, para dedicarse alternativamente al comercio y a la milicia de alto rango. En 1707 contraía matrimonio con la criolla Rosa Juliana Sánchez de Tagle e Hidalgo (1687-1761), oriunda de Huaura y pariente suya. Después de ejercer como Prior del Tribunal del Consulado de Lima y de obtener en propiedad el cargo de Pagador Mayor en el puerto y presidio del Callao, culminaba su trayectoria en América alcanzando estatus noble para él y su descendencia. Tagle y Bracho dedicaría la última década de su vida a organizar su mayorazgo y a dotarlo de una prestancia material que le asegurase continuidad en el tiempo. Con ese propósito mandó construir, entre 1730 y 1735, una lujosa mansión familiar en la calle del Colegio de la Compañía de Jesús, conocida hasta hoy como Palacio de Torre Tagle. Elemento esencial en la decoración interior del edificio fueron los retratos de cuerpo entero de Tagle y de su mujer, destinados a marcar el inicio de la galería familiar. Aunque ninguno de los lienzos está firmado, su estilo permite atribuirlos con relativa certeza al pintor limeño Cristóbal de Aguilar, cuya actividad se documenta a partir de 1742. Iniciado como pintor al servicio de las principales comunidades religiosas de Lima, Aguilar se consagró como artista de corte al retratar al virrey marqués de Villagarcía. Es probable que esta circunstancia influyese para que recayera en Aguilar el encargo de pintar a los esposos Tagle. De hecho, la postura protocolar del marqués, con el sombrero tricornio colocado bajo el brazo izquierdo y la mano derecha apoyada sobre el bastón de mando, guardan estrecha relación con la efigie del virrey, pintada por el mismo artista en fecha cercana. Lo mismo podría decirse de la moda de su vestimenta borbónica temprana, compuesta por casaca roja con bordadura de plata y el pañuelo blanco anudado a modo de corbata. La mesa barroca de talla abigarrada, con patas cabriolé terminadas a modo de garras, así como la escribanía de plata que conforman el atrezzo del lienzo, parecen haber sido piezas pertenecientes al mobiliario original de la casa. Pese a esas llamativas notas veristas, la apariencia marcadamente acartonada de la efigie y lo genérico de sus rasgos faciales mueven a pensar que no estamos ante un retrato “del natural”. Quizá haya sido realizado de manera póstuma, por encargo de su esposa, aunque el retrato de esta deja entrever una artificiosidad similar y tampoco refleja la edad que debía tener la marquesa por esos años. Es presumible, por tanto, que en ambos casos el artista se valiese de retratos anteriores, para representar a los marqueses con el aire de plenitud atemporal que exigía su condición de fundadores del mayorazgo (Luis Eduardo Wuffarden)
Bibliografía: Luis E. Wuffarden. El Arte de Torre Tagle. La colección del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú. Lima: Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, 2016, 46-47
Fotografía: Daniel Giannoni