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Óleo sobre tela, 201,5 x 170,5 cm
En el anverso, firma: «J. Sabogal / 1924»
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Comentario: Por ser uno de los mayores protagonistas de la Batalla de Ayacucho, el general colombiano José María Córdova (1799-1829) fue objeto de homenajes y representaciones en los fastos centenarios que el gobierno de Augusto B. Leguía impulsó con redoblado interés en diciembre de 1924. Para la ocasión, el régimen de la “Patria Nueva” se había propuesto superar los festejos de hacía tres años, con ocasión del primer siglo de la Independencia. Ahora era posible mostrar los progresos alcanzados en los últimos tiempos por la Escuela Nacional de Bellas Artes, cuya fachada neo-peruana, erigida ese mismo año por obra de Manuel Piqueras Cotolí, anunciaba el decidido rumbo nacionalista que iba adoptando la escena artística en el país. Principal artífice de ese cambio era el pintor José Sabogal, quien recibió importantes encargos relacionados con la conmemoración de Ayacucho. Aparte de los murales alegóricos del Panteón de los Próceres y de los lienzos de evocación histórica destinados al Salón Ayacucho en Palacio de Gobierno, emprendió esta pintura de gran formato que evocaba la intervención de José María de Córdova en la Pampa de la Quinua. De acuerdo con la tradición, Córdova pronunció una breve arenga que resultaría decisiva para el triunfo patriota, además de haber tenido la misión de perseguir y capturar al propio virrey La Serna, quien le entregó su espada. Sabogal lo ha representado en el momento crucial de iniciarse la batalla. Es visto de pie, tomando las riendas de su caballo y extendiendo su sombrero con el brazo mientras dirige a la tropa aquellas enérgicas frases que la memoria oral le atribuye: “¡Soldados, adelante, armas a discreción, paso de vencedores!”. Sobre todo, al acometer este tipo de obra, la factura temprana de Sabogal resulta claramente influida por la pintura histórica contemporánea de Hernández. Así lo sugieren no solo la paleta de tonalidades pastel sino también la aplicación de una pincelada visible, empleando colores muy diluidos que dejan ver la textura del soporte. Pero Sabogal apela además al ejemplo del moderno muralismo mexicano, que acababa de conocer en un reciente viaje. Ello explica no solo la retórica del gesto presente en la imagen de Córdova sino también la apariencia monumental de su figura en relación con el paisaje andino que sirve de fondo. Aun cuando el rigor histórico no haya sido preocupación principal del pintor, este ha intentado subrayar aquí la veracidad del acontecimiento colocando al pie del personaje una cartela circular, directamente tomada de la pintura de tradición colonial. Allí ha transcrito un parte de Sucre al Libertador Bolívar, escrito al día siguiente de la victoria de Ayacucho, en el cual afirmaba que “Córdova se ha portado divinamente, él decidió la batalla” (Luis Eduardo Wuffarden).
Bibliografía: Luis E. Wuffarden. El Arte de Torre Tagle. La colección del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú. Lima: Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, 2016, 134-135
Fotografía: Daniel Giannoni