Retrato ecuestre

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Óleo sobre tela, 333 x 259 cm

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Comentario: En el catálogo de la antigua colección Ortiz de Zevallos, publicado por primera vez en 1890, figuraba este junto a otros dos grandes retratos ecuestres (26400013; 26400015) que hasta hoy conserva el Palacio de Torre Tagle. Su formato y su factura son enteramente similares, por lo que se deduce que integraron una serie de pinturas de corte adquirida por el coleccionista durante uno de sus viajes a Europa. Todos los personajes retratados cabalgan en posición de corveta, es decir sobre el animal encabritado, pero lo dominan con aparente señorío y destreza. De acuerdo con los tratadistas barrocos, ello simbolizaba la habilidad del gobernante para conducir los asuntos políticos y militares, pues era reflejo de una adecuada sintonía entre el príncipe y sus gobernados. En el retrato de corte hispánico, esta tipología fue fijada por Diego Velázquez cuando compuso las efigies que, desde la década de 1630, presidían el Salón de los Reinos en el madrileño Palacio del Buen Retiro. Quizá debido a ello durante el siglo XIX estas obras se atribuyeron, erróneamente, al propio Velázquez. Después de permanecer en el Museo de Dallas durante varias décadas, en 1970 los lienzos retornaron al Perú, catalogados esta vez como obras de Massimo Stanzione, atribución que tampoco resultaría sostenible. Por tanto, la procedencia, e incluso la identidad misma de los personajes representados, permanecen desconocidas hasta el presente y solo es posible apuntar aquí una primera hipótesis de interpretación al respecto. Desde el punto de vista estilístico, los cuadros merecen situarse en el ámbito de la escuela napolitana entre fines del siglo XVII y principios del siguiente, esto es en el periodo comprendido por el reinado de Carlos II de España y la Guerra de Sucesión. Su paleta predominantemente parduzca, acorde con una ambientación crepuscular, así como el gusto por las escenas de batallas o encuentros cortesanos vistos en lejanía, remiten a la pintura influida por la prolífica actividad del maestro Luca Giordano en el contexto de la corte de Nápoles. De hecho, al menos dos de los personajes retratados parecen ser personalidades napolitanas al servicio de la monarquía española, aunque su identificación segura no parecería posible de momento. En este cuadro se muestra al jinete con traje rojo según la moda finisecular y guarda similitudes con los retratos conocidos del noble militar napolitano Francisco de Tuttavilla y del Tufo (1604-1679), duque de San Germán y duque de Sasón, consejero de asuntos italianos de Felipe IV y de Carlos II (Luis Eduardo Wuffarden).

Bibliografía: Luis E. Wuffarden. El Arte de Torre Tagle. La colección del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú. Lima: Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, 2016, 166-167.

Fotografía: Daniel Giannoni