Sofá

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Madera ensamblada y taraceada

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Comentario: Entre las tipologías más emblemáticas del mobiliario peruano durante los primeros decenios de la república se halla este tipo de sofá neoclásico. Su enorme aceptación por parte de las nuevas elites criollas marcaría entonces un quiebre definitivo frente al antiguo esquema del canapé tradicional, sumamente alargado o con asientos múltiples. En contraste, el aliento clasicista de estas piezas no solo se expresa en un repertorio ornamental compuesto por elementos de origen grecolatino –como garras de león o cornucopias–, sino además por un nuevo sentido de las proporciones. Su inspiración es claramente norteamericana y testimonia la creciente importancia que iba adquiriendo el comercio con los Estados Unidos tras la apertura del mercado local iniciada con la Independencia. De hecho, aunque muchas de estas piezas eran directamente importadas desde los Estados Unidos, otras empezaban a ser fabricadas por ebanistas norteamericanos emigrados al país –sobre todo procedentes de Filadelfia–, quienes difundieron además técnicas decorativas asociadas a su fabricación, como el taraceado en bronce o la aplicación de diseños dorados por medio de estarcidos. Los carpinteros locales pronto replicarían con habilidad esta modalidad, que mantuvo una vigencia ininterrumpida hasta fines del siglo XIX (Luis Eduardo Wuffarden)

Bibliografía: Luis E. Wuffarden. El Arte de Torre Tagle. La colección del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú. Lima: Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, 2016, 234-236

Fotografía: Daniel Giannoni